• Sinopsis

    Julietta es una joven mujer que es atropellada de noche en las calles de Waterbill City, donde es salvada por un vampiro y mas tarde recogida por su mejor amiga, Isabella Vantherfiel, la cual le ayuda en su nueva vida como neófita. Ahora ha vuelto al pueblo...

  • Personajes

    Conoce a cada personaje de esta historia de vampiros, brujas, licantropos, demonios, ángeles... ¿A que esperas? Adentrate en las afueras de Richmond

  • Capitulos

    No te pierdas ningún capitulo de esta historia. Adentrate en este viejo pueblo y averigua que es eso oscuro que acecha a nuestros personajes.

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domingo, 16 de febrero de 2014

Capitulo 1 - El despertar de los Lycant's (Parte3)

Volver al -> Cap.1 El despertar de los Lycant's (Parte 2)

»El dolor me hacía respirar torpemente, sin contar que mi corazón latía a mil por horas. El chico se acercó a mi, con su rostro oscurecido por la capucha de su gabardina negra. Me miraba con sus ojos azules y algún que otro mechón castaño sobresalía de su gorro. Tenía miedo, no por que estaba a punto de morir, si no porque el estaba a mi lado, cogiendo mi cuello. Sentí un escalofrío cuando me tocó con sus manos totalmente heladas, pero por una parte me sentí bien. Y sin esperarlo, me mordió. Al instante un calor tremendo me subió por el cuerpo, quemándome la piel. Mi cabeza daba vueltas y me nublo la vista. Lo ultimo que pude escuchar fue un "Estarás bien" de sus labios manchados de sangre. Después de eso, no supe nada mas«.



Julietta se despertó angustiada. Presa del pánico y con leves lagrimas en los ojos. La oscuridad yacía en la habitación, no veía nada. Palpó con su mano por la mesilla hasta encontrar el interruptor de la pequeña lampara y encendió ésta velozmente. Una luz tenue alumbró el dormitorio. Dejó escapar un largo suspiro y se llevó las manos al rostro. »—¿Quién era el? ¿Porqué no me dejó morir?« Se preguntó así misma. Se levantó de la cama y pensó en buscar la habitación de Bella para contarle lo ocurrido, después de todo, ella no duerme por la noche, lo mas seguro estaría con su portátil en Facebook. Tocó varias veces en la puerta de roble, pintada de blanco, pero no recibió respuesta. Abrió la puerta y se encontró todo oscuro y un bulto en la cama. Julietta se acercó y destapó las sabanas, encontrándose dos almohadas y un pequeño oso de peluche. Ella frunció el ceño extrañada.
—¿Bella?—susurró.
Salió hacia la habitación de invitados y agarró su chaqueta que estaba sobre la silla del tocador. Se calzó con sus desgastadas converse negras y buscó una linterna por los cajones. Por suerte encontró una con suficiente batería.
Caminó por el pasillo de puntillas, con cuidado de no hacer ruido y despertar a Amy, la cual dormía en la habitación de al lado. Bajó los peldaños de las escaleras, los cuales crujieron y Julietta maldijo por lo bajo. Abrió la puerta trasera, la cual llevaba al bosque y salió al exterior. Encendió la luz de la linterna y alumbró el camino de hojas secas y ramas. El frió se aferró a sus piernas desnudas, tapadas solo por un corto camisón azul.
Llevaba bastante tiempo caminando, y un cierto enfado se mostró el el rostro de ella. Todos los arboles parecían iguales.
—¿¡Bella!?—chilló.—¿Donde estas?
Siguió andando y enseguida escuchó unas ramas crujiendo, como si alguien estuviera detrás. Se dio la vuelta y alumbró con la linterna temblorosa. No observó absolutamente nada. Continuó caminando, pero esta vez si escuchó otro ruido entre los arbustos aún mas cerca. Se estremeció y se apoyó en uno de los arboles.
—¿¡Quién anda ahí!?—exclamó asustada.
Unas manos taparon su boca rápidamente.
—Deja de chillar, atraerás a los lycants.—susurró una voz masculina en su oído.
Julietta se quitó las manos de encima y se dio media vuelta, observando al chico de ojos azules y le apuntó con la linterna.
—Atrás.—le advirtió Julietta.
—¿Qué harás? ¿Matarme con una linterna?
Julietta miró el objeto y lo bajó. Apretó sus labios y observó al joven. Un miedo le inundó el cuerpo, poniéndola mas pálida de lo que ya estaba.
—¿Qué hace una chica como tu en estos bosque?—preguntó curioso, acercándose a ella.
—E-estoy dando un paseo...—balbuceó.—Ademas, ¿que hago yo dándole explicaciones a un extraño?
—¿Y yo debería fiarme de alguien que da paseos a las tantas de la noche en camisón?—dijo con un tono de sarcasmo.—Vamos, preciosa, no me mientas y dime que haces aquí.
—Estoy buscando a una amiga mía...—le confesó suspirando.—No la encuentro.
El joven le miró a los ojos y se quedó mirándole varios minutos. Se acercó a ella y le tendió la mano.
—Soy Nicolás Malkeivian.—se presentó.—¿Tu eres...?
—Julietta Benedetto.—le respondió estrechándole la mano.
—Vaya, te me haces muy familiar, Julietta.
»A mi también.« Pensó para si misma, pero se negó a decirlo. En cuestión de segundo una respiración agitada, emergió de los arbustos. Julietta se dio la vuelta y alumbró la zona con la linterna, y para su sorpresa observó a un ser extraño. Parecía un perro o un lobo, pero sin apenas pelaje. Tenían una lengua demasiado larga y unos dientes muy afilados y puntiagudos. Su cuerpo era escuálido y caminaban con un toque de oscuridad. Ella retrocedió y Nicolás le cogió del brazo, subiéndole a la rama mas alta de el árbol que tenían mas cerca.
—¿Qué era eso?—preguntó sobresaltada.
—Lycants.—se dignó a decir.—¿Ves lo que causa tus chillidos?
—No es culpa mía.
Nicolás le agarró otra vez y bajaron detrás de un arbusto. Enseguida, mas Lycants se unieron a su compañero. Él maldijo por lo bajo y sacó una daga de su cinturón.
—¿Qué haces? Aquí nos van a ver.
—No pueden vernos, no tienen ojos. Se guían por el olfato. Les encanta el olor a sangre vampírica.—dijo con un tono de voz bajo.—Quédate aquí y no te muevas, volveré enseguida.
—¡No!—exclamó agarrándolo del brazo.—Por favor, no me dejes sola.
—Estarás bien...—dijo soltándose del agarre de la neófita y se encaminó a degollar a esos seres.
Julietta se quedó pasmada al escuchar esas palabras. »¿Es él?« Se preguntó. Su mente no le daba respuesta, pero estaba segura de que podía ser el. Tenía los mismos ojos, y el pelo alborotado y castaño. Y claramente llevaba la misma gabardina. Atónita intentó observa como Nicolás atacaba a los lycants, pero en el intento, una rama se clavó en su pierna. Se maldijo en la hora que no pensó en ponerse pantalones. Con cuidado se quitó la rama y brotó sangre de su pierna. La herida iba curándose, pero la sangre aún estaba ahí, cosa que no le agradó mucho. »Les encanta el olor a sangre Vampírica« recordó.
—Mierda.—susurró. Inquieta se intentó quitar la sangre, pero tan solo la esparcía mas.
Un olor a podrido le inundó el olfato. Se giró y observó el hocico de uno de los lycants a menos de un metro de ella. Su lengua se relamía y su nariz buscaba su sangre. Ella dejó escapar un chillido que le desgarró la garganta y el Lycant se abalanzo sobre ella. Cerró los ojos temiendo que pasara algo, pero no recibió nada. Los abrió y observó el cadáver del 'lobo' con un gran agujero en el lomo.
Una chica de cabello rizado y oscuro le tendió la mano. Era de una estatura normal y sus ojos eran de un color muy claro, tirando a gris. En su boca se dibujó una sonrisa.
—¿Estás bien?—preguntó.
—Sí, gracias...—dijo cogiéndole la mano.
Ella no las tenía heladas, mas bien a una temperatura normal. Dos chicas mas salieron de detrás de los arboles y Julietta se percató en que las tres se parecían bastante. Una de las chicas, tenía el pelo caoba y los ojos igual de grises. Era mas pequeña y vestía una camisa a cuadros y abrigada con un abrigo verde oscuro con pelo artificial en la parte del cuello. A su lado, estaba una chica de cabello también oscuro, pero lo tenía mas corto.
Julietta buscó con la mirada a Nicolás, pero había desaparecido, no estaba en ninguna parte. En apenas segundos, un pequeño Lycant apareció entre los arboles enfurecido. Una melena rubia se abalanzó sobre éste, dejando le totalmente seco sobre la tierra húmeda.
—¡Bella!—exclamó Julietta.
Isabella se dio media vuelta, sorprendida por escuchar su voz. Se levantó y se ajustó su ceñido vestido rojo y se abrochó su cazadora de cuero negro. Su rostro estaba manchado de sangre, al igual que sus manos y parte de sus piernas.
—¿Qué haces tu aquí?
—He preguntado primero.
Un lobo de pelaje blanco apareció detrás de Bella y poco a poco, se fue trasformando en la silueta de Amelia.
—Lo siento, no escuché cuando se fue.—le comentó a la rubia.
—Escúchame, Julietta.—dijo acercándose a ella.—Solo vine a cazar un poco, eso es todo. Además, ¿no has visto lo que ha pasado? Éste sitio es peligroso si no sabes caminar por el.
—Entonces, enséñame.
—Bella, así que ella es la nueva neófita de que tanto hablan, ¿eh?—dijo la chica de pelo oscuro y largo, apoyando su brazo en el hombro de Julietta.—Yo soy Jadelyn, pero puedes llamarme Jade.
—Encantada de conocerte, Jade.—sonrió levemente.
—Ellas son mis hermanas, Rebeca...—señaló a la pelirroja.— Y Anelisa...
Ambas asintieron con la cabeza  en forma de saludo y dejaron escapar una sonrisa. Bella agarró a Julietta y ambas volvieron a casa junto con Amy. Esta vez, no pudo cerrar los ojos y dormir. El tiempo se había acabado para ella, ya estaba muerta.



2 comentarios:

  1. OH POR DIOS, Arequipito♥ Enserio eres mi escritora favorita, Sinceramente no dudé en imaginarme todo eso en mi cabeza, fue como magia♥ Te felicito amorcito c:

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    1. ¡Gracias, arequipé!♥ Jajaja me alegra que te guste *-* aksjakjsak, me encanta mucho ver tu comentario por aca:33 Te quiero :)

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